


Comprender la rubéola: causas, síntomas y prevención
La rubeola, también conocida como sarampión, es una infección viral altamente contagiosa que afecta el sistema respiratorio y provoca fiebre, tos y un sarpullido característico. Es una de las enfermedades infantiles más comunes y generalmente se adquiere durante la primera infancia. La rubéola es causada por el virus del sarampión y se transmite a través del contacto con las secreciones respiratorias de una persona infectada, como las gotitas de la tos o el estornudo. El virus también puede sobrevivir en las superficies hasta dos horas después de que una persona infectada haya abandonado el área. Los síntomas de la rubéola suelen aparecer entre 10 y 14 días después de la exposición al virus y pueden incluir: Fiebre (generalmente alta) * Tos
* Secreción nasal
* Ojos rojos y llorosos
* Pequeñas manchas blancas dentro de la boca (manchas de Koplik)
* Una erupción roja con manchas que comienza en la cabeza y se extiende al resto del cuerpo
En casos raros, la rubéola puede provocar complicaciones como neumonía, encefalitis (inflamación del cerebro) y panencefalitis esclerosante subaguda (SSPE), un trastorno cerebral degenerativo que puede ocurrir años después de la infección inicial. No existe un tratamiento específico para la rubéola, pero se pueden recetar medicamentos antivirales para reducir la gravedad de la los síntomas. La vacunación es la mejor manera de prevenir la rubéola, y la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) se recomienda para todos los niños y adultos que no hayan sido vacunados previamente o no hayan padecido la enfermedad.



