Comprender las esférulas: las pequeñas pero poderosas partículas de las erupciones volcánicas

Las esférulas son pequeñas partículas esféricas que se forman durante los flujos piroclásticos que ocurren durante las erupciones volcánicas. Estos flujos están formados por gas caliente y roca que fluyen por las laderas de un volcán a altas velocidades, alcanzando a menudo temperaturas superiores a los 1000°C (1832°F). A medida que el flujo viaja, recoge y transporta pequeñas partículas como cenizas, lapilli y otros materiales piroclásticos, que luego se incorporan al flujo. A medida que el flujo se ralentiza y se enfría, estas partículas comienzan a sedimentarse en el aire y forman una capa de sedimento en el suelo. Con el tiempo, este sedimento puede comprimirse y cementarse mediante capas adicionales de sedimento, formando un material duro parecido a una roca llamado brecha. Las esférulas son un componente importante de estas brechas y pueden proporcionar información valiosa sobre la intensidad y duración de erupciones volcánicas pasadas. Las esférulas suelen estar formadas por partículas vítreas que se han formado a partir del rápido enfriamiento de la roca fundida y pueden variar en tamaño. desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros de diámetro. Se pueden encontrar en una variedad de colores, dependiendo de la composición del magma original y las condiciones en las que se formaron. Algunos colores comunes incluyen negro, gris, marrón y rojo. Las esférulas son una herramienta importante para vulcanólogos y geólogos porque pueden proporcionar información sobre el tipo de erupción que ocurrió, así como la intensidad y duración del flujo. Al estudiar el tamaño, la forma y el color de las esférulas, los científicos pueden obtener información sobre el comportamiento de erupciones pasadas y comprender mejor los riesgos y peligros asociados con erupciones futuras.